Para hablar sobre que es IPv6, es necesario hablar sobre qué es Internet.
Internet nace como derivado de un resultado de un proyecto desarrollado por ARPA, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados del Departamento de Defensa de los EEUU. El resultado original de la investigación, ARPANet, buscaba construir una red de computadoras utilizando un protocolo que permitiera agregar fácilmente más nodos a la red, a la vez que se garantizara que aún con la falla de algunos de los nodos de la red la misma podía seguir operando.
En este contexto se creó IPv4 (Internet Protocol version 4), un protocolo que permite identificar nodos en una red de computadoras e intercambiar información entre los mismos. La definición del protocolo incluye las instrucciones para crear los paquetes de datos que son intercambiados entre los nodos para establecer comunicaciones y transferir información. Estas instrucciones especifican la necesidad de una “dirección” de envío (source) y una “dirección” de destino (destination), además de una serie de atributos en el mismo paquete para mantener señalización del canal de comunicación entre los nodos.
En el momento en que se creó IPv4 (1981, en el RFC 791), no era común que las computadoras estuvieran conectadas entre si. Nadie esperaba que el internet creciera de la forma en que lo hace y que tuviera tantos dispositivos conectados. Por estas razones, en la definición del protocolo parecía suficiente que hubiera un máximo de 2^32 (aproximadamente 4.3 mil millones) direcciones disponibles. ¿Quién podría imaginar una red de ese tamaño?
Al llegar los ’90s fue evidente que el internet tenía un crecimiento que no había sido previsto, con el consecuente descubrimiento de que las direcciones IP pronto no serían suficientes. Para 1998, la IETF ya tenía la definición de un nuevo protocolo que reemplazaría a IPv4, llamado IPv6.
IPv6 fue diseñado para resolver algunos de los problemas que se tenían con IPv4, principalmente lo que ya en ese momento se veía como una limitada cantidad de direcciones. En la definición del protocolo IPv6 se incluye una cantidad máxima de 2^128 (aproximadamente 3.4 x 10^38, o bien 340,282,366,920,938,463,463,374,607,431,768,211,456) direcciones disponibles.
Por desgracia, nada es perfecto: El diseño de IPv6 lo hace incompatible con IPv4, lo cual implica que fue necesario hacer adecuaciones y modificaciones en los sistemas y asegurarse de que los nuevos dispositivos sean capaces de utilizar tanto IPv4 como IPv6.
En la actualidad esto no es un problema, ya que desde hace años los dispositivos más recientes son capaces de utilizar tanto IPv4 como IPv6 cuando está disponible en la red.
En 2011 ocurrió lo que se había previsto: comenzaron a escasear las direcciones IPv4. En distintas regiones del mundo comenzaron a implementarse estrategias previamente planeadas para asegurar que las pocas direcciones IPv4 que quedaban disponibles sean utilizadas para facilitar la adopción de IPv6 por las organizaciones que aún no tengan funcionando el nuevo protocolo.
En la actualidad, el remanente de direcciones IPv4 en todo el mundo es el siguiente:
Región Asia-Pacífico: aprox. 3.8 millones
Europa – Medio Oriente: aprox. 5.5 millones
América Latina y Caribe: aprox. 1.3 millones
Norteamérica: cero
África: aprox. 6.6 millones
Es evidente que las direcciones IPv4 que quedan no permitirán que el internet siga creciendo de forma ordenada y con calidad, menos aun considerando el despliegue del “Internet de las Cosas”, que comienza a manifestarse en nuestro entorno, con dispositivos conectados continuamente a internet, en donde se está volviendo común que un solo usuario de internet utilice tres o más dispositivos conectados a internet en un mismo momento, cada uno utilizando por lo menos una dirección IP.
Si antes era evidente la necesidad de IPv6, ahora es el momento en que debe adoptarse el protocolo y habilitar el siguiente salto de internet.